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Economía verde

La hoja de ruta para una economía verde

Sostenibilidad

Organismos internacionales como la CEPAL y el PNUMA han advertido que la actual crisis sanitaria y económica que enfrenta América Latina y el caribe, podría ser una oportunidad para repensar las estrategias de desarrollo en vías de una economía verde.

por Factor Liderazgo | 7 de septiembre 2020

El modelo de desarrollo sostenible basado en la Economía Verde se ha convertido en un desafío relevante para organizaciones, instituciones y empresas en diferentes países de América Latina y el Caribe. La última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo sostenible (Río+20) estableció la necesidad de incluir el enfoque “verde” en las múltiples políticas económicas de la región, con el objetivo de reducir los riesgos ambientales, la escasez ecológica y sobre todo, la desigualdad social. Por lo mismo, desde el 2012 se ha ido trazando una hoja de ruta en pos de un desarrollo económico sustentable.

Aquello no es fácil, puesto que implica un cambio de paradigma y la incorporación  de un enfoque holístico en el desarrollo. Para eso, el cuidado del medio ambiente debe ser entendido como el primer paso para garantizar el bienestar humano y por ende, un mayor crecimiento económico. Por lo tanto, se necesita un compromiso empresarial, institucional y gubernamental que asegure dicha transformación. Compromiso que, pese a algunos intentos, no ha sido adquirido en su totalidad por diferentes países de la región.

Economía Verde

Sin embargo, aquello no ha impedido que se avance en una hoja de ruta -regional- para una economía verde. Son más de cinco países de América Latina y el Caribe los que han incorporado políticas públicas y empresariales para garantizar un desarrollo sustentable local y regional. Estas medidas han permitido reafirmar el compromiso, pero sobre todo trazar un marco de acción que sirva de guía para aquellos países y empresas que se han quedado atrás.

En este marco de acción, la elaboración de un estudio inicial de economía verde en distintas áreas, es un piso mínimo para luego proyectar políticas públicas y empresariales orientadas a la sustentabilidad. Este primer -gran- paso implica que, en una etapa posterior, se tenga en consideración la eficiencia con la que se trabajan los recursos naturales. De esa forma se pueden analizar diferentes mecanismos y estrategias para aumentar la producción, sin causar un impacto negativo en el medio ambiente.

Si bien la actual crisis sanitaria, provocada por el Covid-19, ha estancado el desarrollo económico en la región, no ha afectado el enfoque verde con el que se ha estado trabajando. Es más, para organismos internacionales como la CEPAL y el PNUMA, la crisis económica que hoy enfrenta América Latina y el Caribe podría ser una oportunidad histórica para avanzar y fortalecer los esfuerzos que se venían haciendo en vías de una economía verde.

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